El Ejecutivo comunitario admitió ya antes de la crisis que el modelo de la Unión Europea (UE) de bancos transfronterizos "no era estable bajo el esquema institucional actual", en particular con respecto a la supervisión y la gestión de crisis bancarias. Eso ha dañado la unión monetaria, debido a los estrechos lazos financieros y los vínculos con las deudas soberanas.
"Una integración más estrecha entre los países del euro -en materia de prácticas y estructuras de supervisión,en el plano de la gestión de crisis transfronterizas y el reparto de cargas- hacia una unión bancaria sería un elemento importante a la estructura actual de la unión económica y monetaria", afirmó la Comisión Europea.
Las quiebras bancarias pusieron ya contra la pared las finanzas públicas de Irlanda, obligada a solicitar un rescate internacional y algunos analistas temen que España podría ser la próxima en hacerlo. La Comisión Europea recomendó que España reciba un año extra, hasta el 2014, para alcanzar las reducciones pactadas del déficit presupuestario, sugiriendo al mismo tiempo que el mecanismo regulador de toda la zona sea dirigido de forma centralizada.
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